Me gustaría preguntarte si alguna vez te has encontrado en la siguiente situación. En esa en la que tienes que subir más de 3 o 4 plantas de un edificio y justo ese día el ascensor no funciona. ¿Cuál fue tu sentimiento? Probablemente llegaste arriba fatigado, cansado y maldiciendo porqué el ascensor se ha estropeado. Debo decirte que tuviste suerte ya que tú tienes unas habilidades que te permiten subir las escaleras. Pero, ¿qué ocurre con alguien que va en silla de ruedas? ¿O una persona mayor que no puede subir escaleras? Para ti subir unas escaleras fue algo cansino, pero lo pudiste hacer, para otras personas es una barrera infranqueable. Si los edificios están adaptados a personas con discapacidades, ¿porqué las webs no?
Estamos excluyendo a un número considerable de personas de acceder a nuestras webs.
Piensa un momento. ¿Para qué tipo de personas tu web puede ser una barrera? Es probable que estés pensando en discapacidades visibles a simple vista como puede ser la ceguera. Pero existen otras discapacidades para las cuales tu web puede causar esa sensación de frustración: disléxicos, daltónicos o aquellos que sufren discapacidades cognitivas. El menú de la hamburguesa es algo que muchos de nosotros nos resulta intuitivo. Vemos las tres rayas y sabemos que es un menú. Ahora imagina a una persona mayor, puede ser tu madre, tu abuelo… Imagina que entra a esa web y se encuentra con las tres barras. ¿De verdad sabe qué es un menú? Por eso en muchas webs, al lado de los iconos que a muchos nos resultan obvios, pone qué son. Y no, no es redundante. Es redundante y sobra para aquellos que saben lo qué significa pero no para los que no lo saben. Hay personas que no son capaces de asociar un icono de lápiz a la acción de editar. Por eso se pone editar al lado. Es tan redundante como las señales de tráfico en el tramo del trabajo a casa que tú haces todos los días. Tu sabes como llegar hasta la salida que te corresponde, pero ¿y el qué llega a la ciudad? El que llega a la ciudad es novato y necesita de esas señales, al menos al principio hasta que se conozca el camino. Por lo que cuando diseño o desarrollo una web, también debo pensar en aquellas personas con discapacidad temporal. Por ejemplo, alguien a quien acaban de operar de la vista y no puede recibir mucha luz. ¿Por qué no ofrecer la posibilidad de poner el fondo de pantalla negro? O para aquellos que cada vez ven peor por la edad. ¿Por qué no ofrecer la posibilidad de aumentar el tamaño de la letra de forma sencilla?
Para acabar…
Hace un año, acudí a la conferencia de Leonie Watson, una ingeniera en accesibilidad. Ella es ciega, y nos enseñó como hace para poder leer el contenido de una web. Nos mostró qué mejoras podíamos hacer y fue cuando los más de 500 asistentes nos dimos cuenta de que no es tan complicado como nos pensamos. El tema de la accesibilidad web es algo que poco a poco los desarrolladores web vamos trabajando. Pero todavía no somos conscientes del todo, de que estamos excluyendo a algunos usuarios. Y tú, ¿eres consciente?
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