Es interesante ver como a pesar de que más del 75% de los Españoles acceden a Internet desde el móvil todavía siguen existiendo páginas webs que no se adaptan a los dispositivos móviles. El año pasado, en abril del 2015, Google cambió su algoritmo y empezó a “penalizar” a aquellas webs que no fueran web responsive. Pero, quizás te estás preguntando, ¿qué es el web responsive?
¿Qué es el web responsive?
Una página web es responsive si se adapta a los distintos dispositivos. Esto quiere decir, que tu página se verá bien y con el mismo contenido tanto en una TV de 55’’ como en un teléfono móvil de 4’’.
Para conseguir que tu web se vea bien, no es necesario desarrollar una versión para cada uno de los dispositivos. De hecho, los precios de las webs serían super caros, ya que cada año aparecen nuevos tamaños de pantalla. Lo que se hace es mover los elementos de un lugar a otro, en función del tamaño de la pantalla. De tal forma que tus clientes verán el mismo contenido se conecten desde donde se conecten.
¿Por qué debo tener una web responsive?
Puede que seas de la opinión de que si no ves bien una web desde el móvil, te esperas a llegar a casa para conectarte desde el ordenador. Pero realmente ¿cuántas veces lo haces? Es posible que al llegar a casa se te haya olvidado qué página era, o hayas cerrado el navegador sin guardarla. Por lo que para llegar a esa web, tienes que buscarla. Es muy probable que aunque tengas la intención de hacerlo, si la web no te solucionaba un problema vital, en cuyo caso te hubieras encargado de guardarla, no la vuelvas a visitar al menos intencionadamente. Que un usuario aterrice en tu web es algo complejo en sí, por lo que no te puedes permitir el lujo de perder visitas porque te visitan desde el móvil y no desde el ordenador. Y no tan solo eso, si tu web no se adapta a los distintos dispositivos móviles estás mandando un mensaje muy claro a los usuarios: “la página web no me importa”. Si usas tu web como un simple punto de información, quizás no te afecta tanto como si vendes a través de Internet. Pero al final tu web es el escaparate de tu negocio. A través de la web transmites una imagen, que puede o no, corresponderse con la realidad. Pero esa primera impresión es la que va a hacer que tu cliente vuelva a tu página y se genere la confianza suficiente para que te compre. Si estás buscando un dentista y no conoces a ninguno en la ciudad, cuál te da mejor impresión, el que tiene una consulta con el último equipamiento médico, o el que tiene una consulta de las de toda la vida. Personalmente, yo escogería el dentista que tenga el último equipamiento, simplemente porque me ofrece más confianza. Sé que está al día de las novedades de su sector y además invierte en su negocio, por lo que me fio. Al final, en tu web, tienes que ofrecer confianza al usuario. Y una página que sólo se ve bien en el ordenador, es motivo de desconfianza, ya que transmite que no te importa tu negocio. ¡Ojo! Con esto no quiero decir que tu negocio no te importe y no inviertas en él. Pero debes demostrar que lo haces, y una forma de hacerlo es mediante tu web. ¿No sabes si tu web es responsive? Compruébalo en este enlace, verás como se ve tu web en los distintos dispositivos.
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